- En primer lugar, debemos hacer un análisis de los gastos para saber cuánto dinero destinamos a cada sector de la empresa y poder hacer un balance de los gastos. Así, podremos determinar en qué aspectos invertimos más dinero y en cuáles podemos reducir la inversión.
- El espacio de trabajo u oficina suele ser uno de los aspectos en donde más se puede ahorrar. Si ésta es de alquiler, podemos buscar nuevos lugares más baratos o reducidos, puesto que el mercado inmobiliario en España se ha reajustado en precios notablemente en los últimos años. Si, por el contrario es un espacio en propiedad, podríamos alquilar ciertos espacios, para obtener rentabilidades.
- En el material de oficina podríamos encontrar otra vía para ahorrar gastos. Aunque sin llegar a ser drásticos, porque ahorrar demasiado en materiales de oficina podría hacer que nuestro negocio no funcionase con eficacia.
- La empresa debe apostar por la sostenibilidad y la innovación para reducir gastos. El uso inteligente de energía en el puesto de trabajo o el empleo de documentación electrónica son factores que sirven comúnmente para ahorrar costes en la actividad de una empresa, sin afectar a la eficiencia de los procesos que se llevan a cabo.
- Internet y las comunicaciones también suelen ser partidas abiertas a la reducción de costes. Existe una gran competencia en estos ámbitos, lo que ha generado una caída de los precios en este tipo de servicio que las empresas deben estudiar y aprovechar.
- Financiación para contar con liquidez. En ocasiones, la actividad de una empresa es perfectamente rentable, pero se topa con factores externos que nos impiden acometer ciertas inversiones, lastrando la evolución de un negocio. Impagos, retrasos y la morosidad en general es una de las principales lacras de la economía en España, que ha generado el cierre de multitud de organizaciones en los últimos años. Contar con liquidez permitiría acometer inversiones que, a la larga, terminarían generando un ahorro de costes. Por ejemplo, en los mencionados ajustes en el ámbito energético que, en muchas ocasiones, requieren de una inversión inicial en cierto tipo de equipos. El factoring puede ayudar a mantener estos equilibrios de caja, a través del anticipo de facturas por parte de un tercero. De este modo, se consigue liquidez desde el momento en el que se emiten dichas facturas, a cambio de ceder el cobro y gestión de las mismas.
Reducción de gastos en las empresas
Reducir gastos es uno de los objetivos primordiales de cualquier empresa. Aunque siempre hay que tener en cuenta que esta reducción debe afectar lo menos posible a la productividad. Tenemos, por tanto, que realizar una reducción de gastos eficiente. Esto quiere decir que debemos intentar disminuir la inversión en aquellos factores superfluos, para que realmente estemos eliminando gastos improductivos. No se puede reducir gastos de cualquier manera, porque las drásticas disminuciones pueden derivar en problemas de productividad que nos hagan ahorrar en el corto plazo y, sin embargo, tener pérdidas en el largo plazo.
Los directivos deben establecer un profundo análisis de cada área, estimando la rentabilidad directa de cada acción que requiere de inversión. Aunque, también debemos de cuidar otro tipo de detalles que no están directamente relacionados con la rentabilidad, y que sin embargo también aportan valor. Por ejemplo, la atención al cliente. Un departamento que, aparentemente, no genera beneficios económicos directos, y en el que sin embargo no debemos plantearnos recortes a la ligera. Una mala atención al cliente puede desembocar en una caída de las ventas a largo plazo. Por todo lo anterior, vamos a aportar a continuación una serie de recomendaciones aportadas por Infocif, sobre dónde y cómo recortar gastos, de una forma eficiente, controlada y sin afectar al buen funcionamiento y desarrollo global de una corporación.
En qué ámbitos de la empresa se pueden reducir gastos