La cotización a la Seguridad Social da lugar a un conjunto de derechos que se manifiestan en el cobro de prestaciones públicas de jubilación, por incapacidad temporal, etc. Para determinar cuál es la cantidad que se ha de cobrar en cada caso se parte de la base reguladora. Un concepto del que seguro has oído hablar con frecuencia, pero que suele generar bastantes dudas.
Es por ello que queremos ayudarte a entenderlo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la base reguladora?
Es un baremo que se utiliza para calcular las prestaciones de Seguridad Social que se tienen derecho a percibir. Viene determinada en función de las bases de cotización que haya tenido el beneficiario de la prestación durante un determinado tiempo.
Por tanto, para entender qué es la base reguladora primero debemos aclarar qué es la base de cotización. Se trata de la remuneración mensual bruta que percibe un trabajador, y sobre la que se calculan las cuotas de cotización que se tienen que abonar a la Seguridad Social para poder luego beneficiarse de sus servicios.
La base reguladora es una media de determinadas bases de cotización y, cuanto más altas hayan sido estas, más alta será la base reguladora y, por tanto, más prestación se va a recibir.
El cálculo de la base reguladora depende de la contingencia para la que se calcule, ya que no se aplican las mismas reglas para determinar la que corresponde a una prestación de incapacidad que para una pensión de jubilación.
Calcular la base reguladora para la jubilación
Los ajustes en el sistema de pensiones provocan que se vayan realizando cambios con respecto a los períodos de referencia. En este 2023, el período de referencia es de 25 años. Es decir, que se tienen en cuenta las bases de cotización de los últimos 300 meses, se actualizan según el IPC las que correspondan, y se suman.
El resultado de esa suma es una cifra que hay que dividir entre 350, y el resultado es la base reguladora a tener en cuenta para calcular la pensión de jubilación que te corresponde.
Cómo se calcula la base reguladora en caso de ERTE
En caso de Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE), tienes derecho a percibir una prestación que cubre la bajada de ingresos que vas a experimentar por estar tu contrato en suspenso, o haberse reducido tu jornada.
Los empleados en ERTE cobran el 70% de la base reguladora durante los 180 primeros días. A partir del día 181, lo que se percibe equivale al 50% de la base reguladora.
Para determinarla, se suman las cotizaciones de los últimos seis meses y se divide el resultado entre seis. A esta base reguladora se le aplica el porcentaje correspondiente que se debe cobrar, y así se obtiene la cuantía a pagar.
Base reguladora en incapacidad temporal
La regla general es que la base reguladora se calcula dividiendo el importe de la base de cotización del mes anterior a la fecha de inicio de la baja, entre el número de días en los que se articula el salario. Que serán 30 si es un sueldo mensual, o 31, 30, 29 o 28 si es un salario diario.
Si el trabajador inicia su período de baja en el mismo mes en el que ha empezado a trabajar en la empresa, se toma como referencia la base de cotización de ese mes y se divide entre los días efectivamente cotizados. También se sigue este procedimiento si quien ha de recibir la prestación no ha estado de alta durante todo el mes natural anterior.
En caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional, para obtener la base reguladora se suman: la base de cotización por contingencias profesionales del mes precedente, dividida entre el número de días a los que corresponde esa cotización, y la cotización por horas extraordinarias del año natural anterior, dividida entre 365 días.
Base reguladora en incapacidad permanente
En este caso el número de bases de cotización que se van a tener en cuenta para calcular la base reguladora depende de la edad del trabajador en el momento del hecho causante, e incluso del hecho del que deriva la incapacidad, si es una contingencia común o una profesional.
El cálculo de la base reguladora no es complicado, pero como acabas de comprobar, la forma de determinarla varía en función del tipo de prestación de que se trate.