Qué es Direct Lending

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El direct lending es una fórmula para prestar dinero a las empresas. Como hemos analizado en diversas situaciones, el crédito bancario ha sufrido un pequeño frenazo en cuanto a concesiones. Los bancos corren menos riesgos a la hora de prestar el dinero, lo que afecta en negativo a las pequeñas y medianas empresas. Nos encontramos, por ejemplo, en un momento muy favorable para iniciar desde España procesos de internacionalización y exportación. Para ejecutarlos, hace falta liquidez que permita afrontar inversiones que, a su vez, faciliten el mencionado proceso de internacionalización, a través del refuerzo de los métodos de producción, acciones comerciales en el exterior, etc. Si la empresa no recibe crédito para llevar a cabo estas acciones no puede crecer ni competir, lo que es perjudicial para el desarrollo global de la economía española. Esta necesidad, y la falta de cobertura por parte de entidades financieras tradicionales, ha generado una oportunidad para el capital privado y para otras fórmulas de financiación alternativas. A tenor de esta situación, han aparecido nuevas vías para encontrar esos recursos, entre las que destaca el crowdfunding o el ventajas del factoring. Y, desde hace unos meses, en España también se están trabajando operaciones de direct lending. Esta modalidad viene facilitada por entidades que no son las habituales. Estamos hablando de inversores privados, por lo que no existe una regulación o normativa que establezca unos preceptos que puedan ser demasiado restrictivos. Este es, precisamente, una de las principales trabas para conseguir crédito de los bancos. Estos vienen de una situación delicada y las condiciones para obtener financiación se han endurecido. En este contexto, el direct lending ofrece una buena salida, puesto que los requisitos que solicitan estos inversores para conceder crédito a las pequeñas y medianas empresas son menores. A cambio, encontramos unos tipos de interés más elevados a la hora de devolver el préstamo. Aun así, esta modalidad está creciendo debido a las siguientes causas:
  • A nivel empresarial, los directivos necesitan la financiación para llevar a cabo las operaciones, por lo que si el banco no se lo concede, tendrán que acudir a otra fuente. Como hemos comentado, nos encontramos en un momento ideal para exportar, y si la empresa ha calculado una rentabilidad determinada, le compensa solicitar este tipo de créditos. A pesar, incluso, de que según diversos estudios este tipo de préstamos se están devolviendo con un interés del 8%.
  • Este último dato es, precisamente, la ventaja para el inversor privado. Una rentabilidad que no podría obtener de otro modo. Este tipo de inversores, además, han desarrollado en los últimos tiempos los análisis de riesgo, de manera que son capaces de detectar oportunidades de financiación con este tipo de rentabilidades.

Direct lending, ¿sólo dinero?

La principal variación con respecto al crédito tradicional bancario es que el direct lending es un modelo mixto. Al no existir una normativa que lo regule, el inversor establece un tipo de interés que cuenta con una parte variable, un plus vinculado a variantes macroeconómicas y también opciones de compra en forma de acciones o participaciones. Se puede llegar, por tanto, a una entrada en el capital de la compañía en cuestión, en busca de rentabilidad. La novedad de esta modalidad obliga a la empresa a leer la letra pequeña del acuerdo. No porque las condiciones puedan asemejarse a las de la usura, ni mucho menos. Pero, al ser una modalidad con condiciones excepcionales, sería bueno que la empresa que pretenda acceder al direct lending tenga claras las condiciones del paquete de financiación al que se va a acceder.