El concepto de fuentes de financiación propia es algo recurrente que todos o casi todos estamos acostumbrados a escuchar de manera asidua. A continuación vamos a contarte en qué consiste la financiación propia y cuales son los tipos que existen. ¡Comenzamos!
¿Qué es financiación propia?
La financiación propia hace referencia al capital que una empresa utiliza para financiar sus operaciones y proyectos, que proviene de sus propios recursos y no de fuentes externas como préstamos o inversores. Este tipo de financiación incluye las ganancias acumuladas, las reservas de capital, la emisión de acciones y la reducción de deudas.
La financiación propia es importante porque puede ayudar a la empresa a reducir su dependencia de fuentes externas de financiación y, en algunos casos, puede mejorar su capacidad crediticia y su valoración en el mercado.
Qué son las fuentes de financiación propia
Lo primero que debemos responder para poder crear conocimiento sobre las fuentes de financiación propias es la siguiente cuestión: ¿Qué son las fuentes de financiación propia?
Sin ir más lejos, éstas son formas de adquirir fondos que tiene la empresa. Y yendo más lejos aún en lo que la empresa hace para financiarse, también diremos que las fuentes de financiación propia son aquello que la empresa hace con su dinero para financiarse a sí misma. Tratándose las fuentes de financiación propia de maneras que tiene la empresa obtener liquidez, debemos destacar las siguientes características de este tipo de financiación:
1. Son fondos que llegan a la empresa y que ésta no debe devolver.
2. Es una financiación que viene de muchos tipos de orígenes distintos y que puede ser de muchas magnitudes diferentes.
3. La forma de distinguirlas más habitual es en aportaciones externas y autofinanciación, pero también hay otras formas de ordenar las fuentes de financiación propia que adquiere una empresa.
4. Las fuentes de financiación propia tienen cuatro elementos a los que hay que atender para poder entender cómo una empresa puede obtener liquidez de su propia economía. Estos cuatro elementos son las reservas, las amortizaciones, las provisiones y el capital. El juego entre estos cuatro elementos hace que la empresa pueda sacar márgenes de beneficios que posteriormente vayan a poder utilizarse como fuentes de financiación propia. Estos cuatro elementos son especialmente importantes porque, aunque a gran escala, son elementos que también funcionan en el ahorro de la vida familiar o de la economía personal. Por lo tanto, podemos decir también que estos cuatro elementos son, como tales, los tipos de fuente de financiación propias.

Reservas
Son ganancias que ha obtenido la empresa en años anteriores y que no ha repartido en forma de remanente para poder hacer de ellas una futura fuente de financiación propia.
Amortizaciones
Son el recurso que utiliza la empresa para actualizar el valor de sus activos. Parece obvio que los bienes de la empresa se vayan deteriorando con el tiempo y por lo tanto, con las amortizaciones se permite esquivar este curso para poder autofinanciarse.
Provisiones
Son la consecuencia de que la empresa haya decidido comprometerse a conservar un recurso hasta el pago de una obligación. Con lo cual, con el valor de esta obligación contraída puede entenderse que puede llegar a autofinanciarse la propia empresa.
Capital
Son los propios bienes de la empresa que soportarán las cargas hasta el final.