Uno de los grandes objetivos de las empresas hoy en día es expandirse.
Buscar nuevos mercados en los que ofrecer sus bienes o servicios para aumentar sus clientes potenciales. La
exportación se ha convertido en una de las salidas más importantes para la recuperación económica, y una medida con la que las empresas están creciendo y desarrollándose. Para exportar se debe tener en cuenta una serie de aspectos legales y financieros. Las facturas son una de los principales documentos obligatorios y que tienen algunas modificaciones con respecto a las que se emiten en un intercambio de bienes o servicios en España.
Tipos de factura para empresas exportadoras
Hay cuatro facturas que se deben conocer a la hora de exportar:
Factura pro forma
Esta factura es un documento que el exportador emite para que el comprador tenga toda la información correspondiente a la operación que se va a ejecutar. En caso de que las relaciones entre ambas partes sea habitual, la factura pro forma sustituye también a la oferta comercial, en la que se especifica el precio y las condiciones de venta.
Una factura pro forma debe tener un encabezado en el que se vea de manera clara la expresión pro forma, para que no se confunda con la factura comercial. No suelen ir numeradas, ni selladas o firmadas, tan solo cuando el cliente lo solicite. En contenido que debe tener una factura pro forma es el siguiente:
- Fecha de emisión.
- Nombre y domicilio del exportador y número de identificación fiscal (IVA comunitario para ventas a la Unión Europea).
Factura comercial
Este tipo de factura se considera
el más importante entre todos los documentos que se deben presentar en las operaciones exportadoras. La factura comercial la emite el exportador cuando se ha confirmado la venta, con el fin de que el comprador abone el importe del producto o servicio que haya adquirido. Se trata también de un documento contable, por lo que se le aplican los aranceles propios en
el paso por la aduana. En una factura comercial se debe incluir lo siguiente:
- Número y serie (si procede)
- Fecha de expedición.
- Nombre y apellidos, razón o denominación social, del exportador y el comprador
- Número de Identificación Fiscal
- Domicilio de exportador y comprador.
- Descripción de la operación/es
- Tipo impositivo aplicado.
- Cuota tributaria que se repercuta
- Fecha en la que se hayan llevado a cabo las operaciones.
- Si la operación está exenta de impuestos, hacer referencia a la normativa a la que se acoge.
Factura aduanera
Este documento lo emite el exportador. Se exige en las aduanas de algunos países con el objetivo de tener una información y una estadística de las mercancías que se exportan. En algunos países la factura comercia legalizada por el consulado sirve como factura aduanera, pero en otros se exige este documento específico.
Factura consular
Este tipo de factura también lo emite el exportador y debe visarlo un consulado del país al que se importe el bien o. Es decir, el documento debe estar visado en el país en el que se exporta pero en un consulado del país al que se importa. El documento lo solicitan las autoridades aduaneras en determinados países, especialmente en los sudamericanos y se utiliza para verificar el valor d la mercancía, la cantidad y el origen para determinar el tipo de arancel que se deberá soportar. En ocasiones, también esta factura puede reemplazarse por una factura comercial visada por el consulado que le corresponda.