El crédito comercial, una baza para las empresas

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Renovarse o morir. Esta es la frase que tiene en mente cualquier empresa a diario para mantenerse a flote. Y es que si hay algo bueno que puede salir de las crisis,  en cualquier aspecto de la vida, es que se pueden abrir otras posibilidades que en circunstancias normales no nos habríamos planteado. En el terreno crediticio sucede algo parecido, si bien antes de la crisis muchas empresas tenían como principal opción para obtener financiación acudir a un banco, la disminución del flujo bancario ha hecho que se planteen otras opciones como el crédito comercial. De hecho, son los negocios que han demostrado mayor imaginación y visión de futuro tanto en el ámbito comercial como financiero los que no solo han salido adelante sino que se han visto reforzados después de estos duros años.

El crédito comercial como alternativa a la financiación bancaria

Por lógica, puedes tener una idea de lo que es un crédito comercial, una modalidad de financiación en la que tu empresa actúa como prestatario y el prestamista es otra empresa de la que tú eres cliente. La particularidad de este crédito es que te permite aplazar el pago de las facturas que hayas contraído con tus proveedores, es decir, no se trata de obtener una cantidad de dinero determinada como en el caso de los créditos bancarios, sino que consigues más tiempo para hacer frente a tus pagos, lo que a la larga es mucho más práctico que la financiación bancaria. Además, tus proveedores también pueden salir beneficiados, ya que pueden ceder este crédito comercial a un tercero y ellos cobrar en el tiempo estipulado en un principio. Pero ¿cómo llevar a cabo la instrumentación de este crédito comercial? Con mecanismos de los que ya hemos hablado en otras ocasiones como el factoring, el Descuento de pagarés o las letras de cambio.

Crédito comercial, cada vez más importante

En este sentido,  un informe realizado por el banco de España en 2011 pone de manifiesto la importancia cada vez mayor de mecanismos como el pagaré frente a la letra de cambio, que por el hecho de tener que estar timbrada no se favorece su uso. Además, el Informe refleja la importancia relativa de este tipo de financiación, con un volumen equivalente alrededor  al 55% del PIB para el período del 2000 al 2010. Por ello, el crédito comercial se sitúa como una opción más que a tener en cuenta para evitar los impagos que afectan a numerosas empresas.