Al ahora de solicitar financiación para una empresa, lo más tradicional es acudir a una entidad bancaria. Los
créditos bancarios siguen siendo una de las primeras opciones de las empresas a la hora de solicitar financiación. Sin embargo, en el último trimestre se ha registrado un stock de crecimiento negativo en los créditos financieros bancarios, según el último boletín sobre financiación empresarial desarrollado por Cepyme.
El stock de crédito financiero a mediados del presente año registró una caída del 7,2%. Es importante saber que el stock total del crédito financiero se obtiene sumando el stock de crédito inicial y las nuevas concesiones, y restando las amortizaciones.
Especialmente las empresas del sector inmobiliario se han visto afectadas en este sentido, ya que han reducido en más del 10% el stock de créditos financieros. La política monetaria del Banco Central Europeo no está dando como resultado un aumento de la oferta ni de la demanda de crédito, lo que debe dar alas a otras formas de financiación alternativas. Entre otras cuestiones, por la excesiva dependencia que tienen las empresas de los préstamos bancarios.
Los créditos de nueva concesión varían significativamente en función de la cantidad solicitada por la empresa. En el caso de los créditos superiores al millón de euros, es decir, los que solicitan las grandes corporaciones, han registrado un descenso del 38,1%. Los créditos que solicitan las pequeñas y medianas empresas, es decir, los inferiores al millón de euros, también han caído, con un índice del -0,4%.
Los datos de descenso en las nuevas concesiones de créditos a las grandes empresas (cantidades superiores al millón de euros) se relacionan directamente con la estabilización de los mercados de capitales, ya que han impulsado a las grandes compañías a financiarse a través de la emisión de deuda corporativa.
Por otro lado, el descenso de la demanda de crédito por parte de las grandes empresas ha dado lugar a que las entidades financieras busquen en las pymes su segmento de clientes prioritario. Sin embargo, aunque es cierto que en los años 2014 y 2015 se registró un importante incremento en la demanda de créditos bancarios por parte de las pymes, desde mediados de 2015 se experimenta una tendencia a la baja, hasta alcanzar la tasa negativa, registrada en el segundo trimestre de este año.
Alternativas a la financiación bancaria
Este descenso de la financiación bancaria por parte de las pequeñas y medianas empresa se basa en la búsqueda de una financiación alternativa. Las pymes ya no recurren a la financiación tradicional para solicitar sus créditos, sino que buscan otras vías que le permitan disponer de liquidez más inmediata sin aumentar su rating de riesgo.
Un ejemplo de estas alternativas a la financiación bancaria es el
factoring. Este tipo de financiación permite disponer de liquidez de una forma sencilla y rápida. La empresa cede los derechos de cobro a una entidad financiera (que no tiene por qué ser un banco). Esto quiere decir que la empresa otorga a la entidad las facturas emitidas por sus ventas de productos o prestación de sus servicios, para que sea la entidad la que se ocupe de cobrar esos importes. La entidad financiera es la que gestiona los cobros, pero también la que adelanta el importe de sus facturas a la empresa (llamada cedente). Así, la empresa consigue liquidez inmediata, sin tener que entrar en trámites y gestiones interminables, y con una financiación que no suma CIRBE.

Otra forma de financiación alternativa a la que las pymes recurren es al
Descuento de pagarés. Como el pagaré se está convirtiendo en un medio de pago habitual, las pymes pueden acudir a una entidad bancaria para solicitar el descuento de éstos, de manera que la entidad se lo adelante. Así la empresa consigue el dinero sin tener que esperar a la fecha de vencimiento.